El compositor Krzysztof Penderecki es considerado el compositor
polaco vivo más importante. Para muchos, incluyéndome a mí, no solo es el mejor
de Polonia, sino uno de los más grandes compositores vivientes en todo el
mundo. Recientemente cumplió 80 años (23 de noviembre de 2013).
Penderecki es ampliamente reconocido por sus creaciones
vanguardistas de los años 60 y 70, donde él explora posibilidades sonoras de
los instrumentos, logrando obras sobrecogedoras, experimentales, intensas y
que, sobra decir, no son de agrado a todos los oídos. Estas experimentaciones
no solo incluyen técnicas extendidas de ejecución, sino también nuevas formas
para escribir la música. A este punto, las viejas melodías consonantes del
romanticismo ya habían perdido lugar en la música moderna.
Fragmento de la partitura del "Treno para las víctimas de Hiroshima" |
Ante la estética tan peculiar y la atmósfera tensa generada
por su música (de esta época), era de esperarse que varias de las obras de
Penderecki fueran utilizadas para ambientar escenas en películas de suspenso y
terror (El exorcista y El resplandor, son los ejemplos más representativos).
Hasta la fecha la gran mayoría de escuchas asociaría esta estética de
Penderecki (y de otros compositores más)
con música de miedo; sin embargo, las obras siempre se pueden escuchar
con oídos más atentos, se pueden disfrutar los distintos efectos sonoros y
emocionales, así como también nos podemos simplemente asombrar de la
imaginación del compositor. Yo siempre recomiendo escuchar las obras del avant-garde como arte de sonidos (y no
como arte de melodías lindas); de la misma manera en que podemos disfrutar
estéticamente de una pintura abstracta, también podemos admirar la intención
del compositor que utiliza los sonidos como sus trazos artísticos. Esto no aplica solo a Penderecki, sino a gran variedad de compositores modernos y contemporáneos que aún continúan con experimentos y exploraciones sonoras (aunque no todos generen buenos resultados).
Una muestra de su obra en este estilo es “Polymorphia” para instrumentos de cuerda. Una
de las piezas favoritas que pone a los instrumentistas a tocar de maneras poco
habituales. Su comienzo es muy silencioso pero después de mantenernos en gran
tensión, se desarrolla una serie de sonidos que nos envuelve en intriga, locura
y ferocidad. Polymorphia es un pequeño viaje oscuro y algo retorcido, pero que
vale la pena experimentar. Tengo que admitir que ésta es una de mis favoritas
del compositor.
Eventualmente Krzysztof Penderecki evolucionó su estilo y
fue abandonando su rudo avant-garde. Comenzó a adoptar tendencias
neo-románticas, lo que generó obras más amigables. Este cambio no fue del
agrado de muchos. Sin embargo, tenemos que admitir que Penderecki hasta le
fecha tiene un estilo inconfundible, incluso en sus obras más accesibles. Su
genio sigue presente en sus obras más recientes, siempre con su peculiar
personalidad musical: algo severo, misterioso y profundo. Su Sinfonía No.2, es
prácticamente romántica pero de ambientes modernos, únicos de Penderecki y
claro, una de mis favoritas también.
Así es como Penderecki llega a crear música, emocionante,
majestuosa y hasta profundamente emocional como los grandes románticos. El
ejemplo extremo de sentimentalismo en Penderecki, creo que lo encontramos en su
Chacona en memoria de Juan Pablo II, un pequeño movimiento que compuso en 2005
para agregarlo a su “Requiem polaco” (que ya había compuesto décadas atrás).
El repertorio de Penderecki es vasto, con diversos géneros y
formas. No sé exactamente cuánto del total de su obra he escuchado de él, pero
casi todo lo que he experimentado me ha gustado. Ya sea del Penderecki que yo llamo
“pesado” (su avant-garde de 60-70’s) o del Penderecki “ligero” (desde la 2da.
Sinfonía hasta la fecha), su personalidad es inconfundible. Por el momento,
creo que considero mis obras favoritas de él:
- Sinfonía No. 7 “Siete puertas de Jerusalén”
- Sinfonía No. 3
- Sinfonía No. 2
- Concierto para piano “Resurrección”.
- Treno para las víctimas de Hiroshima.
- Polymorphia.
- Utrenja.
- Sinfonía 1.
- Concierto para cello No. 1
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