Que nadie diga que ya no se componen grandes sinfonías en
nuestra era. La Sinfonía No. 7 (“Siete puertas de Jerusalén”) de Krzysztof Penderecki no ha cumplido los 20 años de
existir y es una obra contemporánea que impacta como las grandes del pasado. De
hecho, yo diría que es más impactante que varias sinfonías del pasado
consideradas “importantes”.
“Siete puertas de
Jerusalén” es una colosal sinfonía en 7 movimientos para gran orquesta,
solistas, narrador y coro. Con una hora de duración, esta sinfonía coral, nos
transporta a su propio mundo: lejano en el tiempo, solemne, misterioso y épico.
Hay momentos de gran tensión, otros contemplativos y religiosos, otros de gran
exuberancia orquestal. La sinfonía parece tener personalidad propia, con un
tono oscuro constante en todo momento. También se percibe un efecto “teatral”
como si pudiésemos ver una historia que las voces nos cuentan. Este efecto se
hace más fuerte en cuanto entra la dramática parte del narrador, que es
probablemente un momento memorable y único en todo el repertorio sinfónico.
Recuerdo que me enamoré de esta sinfonía desde la primera
vez que entraron por mis oídos las palabras “Magnus dominus” (arrancando la
sinfonía). Como típico explorador musical de esta era digital, la primera vez que
la escuché fue porque alguien compartió la sinfonía en mp3.
Inmediatamente supe que tenía que comprar el disco. La única
grabación en CD es la de NAXOS con Antoni Wit dirigiendo la Filarmónica Nacional
de Varsovia; aunque parece que hay un DVD con otra interpretación por ahí, la
cual no he escuchado. Creo que este disquito de NAXOS es uno de los discos de
música clásica qué más valoro en mi colección. El sonido es simplemente
espectacular, no es de extrañarse que haya obtenido un 10/10 en classicstoday.
Yo siempre lo recomiendo sin dudar, es una compra que vale la pena.
La manera de saber que esta sinfonía es una de las grandes
en el repertorio, es gracias a que se puede escuchar muchas veces y uno se
vuelve a sorprender. Hay demasiados detalles, efectos sonoros, ritmos,
desarrollo de temas y melodías ocultas que no se perciben a la primera escucha.
Una de las cosas que más me gusta en esta obra, es que Penderecki utiliza recursos
que son remanentes de su avant-garde de las décadas 60-70´s; la parte orquestal
que acompaña al narrador en el 6to
movimiento es uno de los detalles más excitantes que he escuchado en sinfonías
modernas.
Justo ahora que acabo de mencionar “moderna”, me pongo a
pensar que otro de los rasgos que me gustan de esta sinfonía es que es
completamente actual, pero a la vez tiene ese efecto antiguo-histórico en sus
sonidos… no lo sé, supongo que me es difícil expresarlo.
“Siete puertas de Jerusalén” es una sinfonía grande, única y
una de las mejores muestras de que en nuestra época, se puede componer gran música
orquestal-vocal. Tengo la sospecha de que esta obra se convertirá en una de las
grandes favoritas del público con el paso del tiempo.
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